Edgar Allan Poe y su fascinación por la criptografía
Edgar Allan Poe, sinónimo de cuentos macabros y poesía inquietante, tenía un interés menos conocido: la criptografía. Esta fascinación por el arte del código y la escritura secreta no sólo fue algo a nivel personal, sino que también influyó en algunas de sus obras.
La relación de Poe con la criptografía comenzó cuando él era joven y coincidió con una época en la que el interés de la gente por los códigos y los mensajes secretos era elevado. Poe estaba profundamente intrigado por el reto y la complejidad de descifrar mensajes codificados.
Además, su entusiasmo por la criptografía no era sólo un interés pasajero o un simple hobbie; era una búsqueda intelectual a la que le dedicaba tiempo y atención. A menudo incluía mensajes codificados en su propia correspondencia y disfrutaba planteando retos de códigos a sus lectores en las columnas de los periódicos. Todo un reto para él.
De hecho, en julio de 1841, Poe publicó un ensayo titulado Unas palabras sobre la escritura secreta (en inglés: A Few Words on Secret Writing) en la revista Graham’s Magazine. En el artículo, mostraba su profundo conocimiento y aprecio por los métodos criptográficos. Invitó a los lectores a enviarle mensajes codificados para que los resolviera, demostrando así su habilidad para el desciframiento.
Este compromiso público no sólo reveló la destreza de Poe en criptografía, sino que también le permitió interactuar con sus fans de una forma única e intelectualmente estimulante.
La influencia de la criptografía en sus obras
El interés de Poe por la criptografía influyó en su creación literaria. Sin duda alguna, el ejemplo más notable essu relato «El escarabajo de oro» (1843).
Este relato trata sobre un criptograma que conduce a un tesoro enterrado. No sólo era un relato entretenido con su trama aventurera, sino que también ofrecía información y ejemplos sobre técnicas criptográficas.
La descripción detallada de cómo se resuelve el criptograma en el relato refleja el enfoque metódico del propio Poe para descifrar códigos.
Además, el uso que Poe hace de la criptografía en sus obras concuerda con sus temas de misterio y lo desconocido. Sus relatos suelen ahondar en las profundidades de la psique humana, explorando temas como la muerte, la locura y lo sobrenatural. La criptografía, en este contexto, se convierte en una metáfora de las capas ocultas y de la compleja naturaleza del pensamiento y las emociones humanas que Poe describe con tanta maestría en sus escritos.
En definitiva, la fascinación de Edgar Allan Poe por la criptografía era algo más que un mero pasatiempo; era un reflejo de su curiosidad intelectual y tuvo una influencia notable en sus creaciones literarias.
Su compromiso con la criptografía no sólo pone de relieve su genio como escritor, sino que también ofrece una visión de la mente de una de las figuras más célebres de la literatura estadounidense. El legado de Poe, por tanto, no es sólo el de un narrador magistral, sino también el de un criptógrafo que encontró belleza e intriga en el arte de la escritura secreta.