El matrimonio de Edgar Allan Poe
Edgar Allan Poe fue un hombre adelantado a su tiempo. Maestro del terror gótico, fue un escritor que comprendió el poder de la palabra escrita para aterrorizar y cautivar. No es de extrañar, pues, que su matrimonio fuera tan dramático y único como sus historias.
Edgar Allan Poe y Virginia Clemm se casaron el 22 de septiembre de 1835 en Richmond, Virginia. La pareja estuvo casada durante once años hasta la prematura muerte de Virginia por tuberculosis en 1847. Poe quedó profundamente afectado por la muerte de Virginia y se recluyó en un estado de luto durante muchos años.
Cómo se conocieron Allan Poe y Virginia
Poe conoció a su esposa, Virginia, cuando ella tenía sólo trece años y él veintisiete. Virginia era sobrina del padrastro de Allan Poe, John Allan. Las dos familias estaban muy unidas, y Virginia pasaba a menudo tiempo con los Allan en su casa de Richmond. Fue allí donde Poe vio por primera vez a la joven que un día sería su esposa.
Poe quedó inmediatamente prendado de Virginia, y el sentimiento era mutuo. Los dos comenzaron un noviazgo secreto, viéndose en secreto e intercambiando cartas de amor. Sin embargo, su romance se truncó cuando Virginia fue enviada a un internado en otro estado.
A Poe se le rompió el corazón, pero siguió escribiendo a Virginia. Cuando ella volvió a casa, reanudaron su relación. Se casaron en 1836, cuando Virginia tenía sólo dieciocho años.
El matrimonio de los Poe no fue feliz. Virginia estaba a menudo enferma, y la bebida de Poe provocaba muchas discusiones entre ellos. Además, Poe estaba muy endeudado y la familia de Virginia tenía que sacarle constantemente de apuros. A pesar de todo esto, los dos permanecieron juntos hasta la prematura muerte de Virginia en 1847.
Poe quedó devastado por la muerte de Virginia, y se dice que fue el catalizador de algunas de sus obras más famosas, como «El cuervo» y «Annabel Lee». Poe murió pocos años después de Virginia, y se cree que la muerte de ella influyó en su propio fallecimiento.
El matrimonio de los Poe fue uno de altibajos, de amor y desamor. Fue una relación tan única como el propio hombre, y sigue fascinando a la gente hasta el día de hoy.